Cambios de agua: Realiza cambios parciales (10-25%) cada semana, en lugar de un cambio total, para evitar cambios bruscos en el ambiente.
Tratamiento del agua: Usa un acondicionador de agua para eliminar el cloro del agua del grifo antes de añadirla al acuario.
Limpieza: Limpia el acuario según sea necesario, retirando los desechos del fondo y limpiando las decoraciones. Reemplaza el material filtrante al menos una vez al mes.
Monitoreo: Revisa la calidad del agua con un kit de prueba semanalmente para asegurar que los parámetros (como el pH) sean los adecuados.